El hidrógeno verde es aquel que se produce a partir de energías renovables. Actualmente el método con mayor potencial para su producción es la electrólisis del agua (H₂O), de forma tal que, a partir de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables, se obtienen por separado hidrógeno (H₂) y oxígeno (O₂). Este proceso no emite carbono durante su producción.
Actualmente se producen más de 120 millones de toneladas de hidrógeno al año; de ellas, dos terceras partes son en forma de H₂ puro y un tercio son en mezclas con otros gases. La demanda está concentrada en el uso en refinerías, producción de amoníaco (para obtener fertilizantes y otros productos), y en forma indirecta para la producción de metanol, acero y otros. El 99% del H₂ hoy en día es producido a partir de combustibles fósiles (principalmente gas natural y carbón), y por tanto se generan emisiones de efecto invernadero en el proceso.
El hidrógeno verde se puede usar como un medio de almacenamiento de energía renovable para momentos en que la oferta supera la demanda, ya que puede convertirse nuevamente en electricidad cuando sea necesario. Además, puede ser utilizado como combustible para vehículos, ya que su combustión solo produce vapor de agua, sin emisiones de CO2 ni otros contaminantes atmosféricos. Puede ser utilizado también en procesos industriales, como la producción de amoníaco, acero y otros productos químicos.
Entre las ventajas que presenta el hidrógeno verde encontramos que no emite gases de efecto invernadero ni contaminantes atmosféricos, lo que contribuye a la reducción de la huella de carbono, ayudando a combatir el cambio climático. Puede almacenar energía en grandes cantidades y ser utilizado en múltiples sectores, lo que colabora con la estabilización de la red eléctrica y a la descarbonización de la economía.
La apuesta al hidrógeno verde es uno de los ejes de la segunda transición energética que comienza a transitar nuestro país. De acuerdo con los estudios del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) del año 2018, para limitar el calentamiento global a menos de 1,5oC se debe lograr ser carbono neutral a nivel mundial en el año 2050. El hidrógeno puede evitar 80 gigatoneladas (Gt) de emisiones acumuladas de dióxido de carbono (CO2) y el 20% de la reducción necesaria en 2050.
Esta segunda etapa de la transformación energética en Uruguay incluye diversos desafíos, entre los cuales se encuentran el desarrollo de una economía del hidrógeno y continuar la descarbonización del sector energético y de producción de materias primas.
En cuanto al desarrollo de una economía del hidrógeno, Uruguay tiene muchos atributos para ser un productor de hidrógeno verde y derivados para ser exportado y consumido localmente.
Conocé más en este video: https://youtu.be/0YNXrfjbrbU
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