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Reparando la capa de ozono

La capa de ozono es una frágil franja de gas que protege la Tierra de los efectos nocivos de los rayos solares, contribuyendo así a preservar la vida en el planeta. La utilización durante años de ciertos productos químicos había dañado la capa, poniendo en peligro la existencia del ser humano y la del resto de seres vivos del planeta.


Esta capa actúa como un filtro, reteniendo la radiación solar más crítica, pero en las últimas décadas se ha observado un aumento de la radiación ultravioleta (UV) que penetra la Tierra. Este aumento ha demostrado tener un fuerte impacto en la salud de las personas. Existe una estrecha relación entre el aumento en los niveles de radiación UV y el incremento de casos de cáncer de piel en los últimos tiempos, siendo el tipo de cáncer más frecuente en Uruguay y en el mundo.


Los protectores solares han adquirido una gran importancia en la sociedad actual preocupada cada vez más por los efectos nocivos de la radiación UV sobre la piel. Estos están formulados específicamente para bloquear o absorber la radiación UV y, si son utilizados adecuadamente, tienen la capacidad de prevenir quemaduras y evitar daños en la piel a largo plazo.


Como contraparte, según reporta National Geographic (2022), veinticinco mil toneladas de crema solar llegan a los océanos todos los años, causando un gran impacto en los ecosistemas marinos, considerándose contaminantes emergentes. Por este motivo, muchas líneas de investigación actual se orientan al desarrollo de protectores solares con menor impacto ambiental.


El pasado 16 de setiembre se celebró el Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono bajo el lema "Protocolo de Montreal: reparar la capa de ozono y reducir el cambio climático". El Protocolo de Montreal de 1987, regula la eliminación gradual de las sustancias que agotan la capa de ozono, y ha permitido reducir drásticamente la concentración de estos productos químicos en la atmósfera. En Uruguay, el Ministerio de Ambiente a través de la Unidad de Ozono de la Dirección Nacional de Cambio Climático es la encargada de la implementación y aplicación de las medidas pertinentes que aseguren el cumplimiento de las obligaciones que impone el Protocolo de Montreal mediante la ejecución de un plan de acción denominado “Programa Nacional para la Reducción Gradual del Uso de las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono”, también llamado “Programa País”. La última actualización del Grupo de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal confirmó que la recuperación de la capa de ozono va por buen camino y se espera que los niveles de ozono vuelvan a los de 1980 en torno a 2066 sobre la Antártida.


La conclusión es clara, durante casi cuatro décadas el Protocolo de Montreal fue y será decisivo para proteger la salud humana, la naturaleza y el clima.


Bioq. Inés Tiscornia

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