Cada vez más, las empresas rinden cuentas de su desempeño más allá de lo económico. En esa línea, VERDE se convierte en una de las primeras empresas en Uruguay en tener una calificación ASG (o ESG en sus siglas en inglés), de acuerdo al informe del agente de calificación de riesgo Evaluadora Latinoamericana, que evalúa los componentes de riesgos sociales, ambientales y de gobierno de una organización.
La valoración obtenida es A+, que refleja la solidez de la gestión de la empresa en términos sociales y no financieros en general. La integración de los criterios ASG o ESG (medioambientales, sociales y de buen gobierno) es un elemento esencial en la cultura actual de las empresas. En nuestro caso trabajamos para consolidar las mejores prácticas en materia de sostenibilidad en todos los ámbitos de nuestra actividad, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Para ello, consideramos que la comunicación clara y transparente de nuestros avances y logros en este ámbito es de vital importancia para forjar relaciones sanas y duraderas con nuestros socios, reguladores y eventuales inversores.
La nota alcanzada es un logro más de VERDE y es un orgullo que corresponde a todo el equipo. Se suma al primer lugar en el Monitor de Desarrollo Sostenible de ORT, Deloitte y Deres por dos años consecutivos, a la nota de 94 en 100 de los auditores sociales de Cerise y al primer premio del Instituto Nacional de Cooperativismo en temas de sostenibilidad. Revela las buenas condiciones de la empresa para ser competitivos y sólidos a largo plazo.
Qué son los criterios ESG
Los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) se utilizan para evaluar los riesgos de una empresa, convirtiéndose en algo muy relevante durante el proceso de toma de decisiones de una inversión. Para asegurar esta, es necesario evaluar la forma en que las empresas gestionan los factores ESG y proporcionar información sobre sus prácticas empresariales. De este modo, se pueden identificar mejores oportunidades de inversión.
Una de las razones por las que los inversores tienen cada vez más en cuenta estos criterios, es la correlación entre el rendimiento de la sostenibilidad y el riesgo. Desde la perspectiva de los inversores, las empresas que obtienen mejores resultados en función de los criterios ESG son más sólidas por su capacidad para minimizar el riesgo relacionado con los impactos medioambientales y socioeconómicos en las operaciones comerciales.
En efecto, una mala gestión de las cuestiones sociales, como la seguridad de los empleados, de las cuestiones medioambientales, como la contaminación por vertidos de petróleo o las exigencias del cambio climático, o de las cuestiones de gobernanza, como los conflictos de intereses entre el equipo directivo de una empresa, pueden afectar a los resultados de una empresa a largo plazo y a su capacidad para crear valor.
Algunos datos analizados hasta la fecha, nos dicen que las empresas que tienen un mayor rendimiento en cuanto a medidas de sostenibilidad, también tienden a tener mejores resultados en los negocios, iniciando una reacción en cadena que aumenta el valor total de las propias empresas y de las inversiones. La base para el correcto desarrollo de una estrategia para la empresa es la integración de los criterios ESG como herramienta de análisis financiero. Esto puede ayudar a entender hasta qué punto la empresa crea valor para ayudar a establecer objetivos y KPI. Además, esos criterios pueden utilizarse para evaluar las prácticas empresariales, como las violaciones de los derechos humanos o las catástrofes medioambientales, que podrían afectar a la rentabilidad.
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