Optimizar el gasto en frutas y verduras es posible, pero requiere planificar bien y saber seleccionar.
Hoy te comparto 5 puntos a tener en cuenta para que disfrutes de vegetales con la mejor calidad nutricional al mejor precio.
1) La estación importa
Cuando elegís frutas y verduras de producción local, éstas varían según la estación. Se trata de productos que suelen cosecharse cuando están maduros, es decir cuando sus nutrientes se han desarrollado por completo y su contenido está al máximo. Por la misma razón son alimentos más sabrosos. Basta con comer un tomate o frutilla fuera de temporada para darnos cuenta de esto. Los productos locales también viajan distancias más cortas a los puntos de venta, lo que minimiza la pérdida de nutrientes durante el traslado, como la vitamina C que es sensible a la luz y el calor y disminuye luego de la cosecha. Traslados más cortos también se traduce en menos gastos de transporte, y por lo tanto menor costo para los consumidores, menos emisiones con efecto invernadero a la atmósfera (de caños de escape, por ejemplo) y por ende menor impacto ambiental.
Para conocer qué productos te conviene comprar semana a semana, podés consultar la página web listainteligente.uy donde cada 15 días se publica una selección de las 9 frutas y verduras de estación que están en su mejor momento, precio, calidad y sabor. Además, hay un calendario anual de frutas y verduras que se producen en nuestro país.
2) Más caro no es sinónimo de mejor calidad
En el mercado podemos encontrar frutas y verduras de diferentes formas y tamaños, diferentes al estándar, a un precio más accesible. Aunque a veces no se vean tan lindas o sean más pequeñas, su valor nutricional y sabor es igual. Podemos beneficiarnos con esto.
El lugar de compra también influye, los precios en las ferias suelen ser 30% más baratos que en los supermercados, y aún más baratos si compramos directo a los productores.
3) El freezer es tu aliado
Cuando aumenta la oferta de determinado producto, su precio baja y podemos comprar en mayor cantidad y congelar, para las temporadas que el mismo producto no está disponible y los precios se disparan. Por ejemplo, si compramos barato morrón en el verano, y lo congelamos, lo tendremos disponible durante el invierno, que su precio sube considerablemente.
Para mantener la calidad nutricional y microbiológica de las frutas y verduras que congelamos es importante respetar ciertas formas y plazos para conservarlos. Podés encontrar información acerca de esto en el Manual de Cocina del Crandon.
4) Reducir el desperdicio al mínimo
Se estima que un tercio de los alimentos que se compran se desperdician. Muchas partes de vegetales que descartamos son perfectamente comestibles. Ser intencionales en esto es parte de ser consumidores responsables, y una buena estrategia para reducir el gasto. Al usar por ejemplo las pencas de los atados de acelga, las hojas de los atados de remolacha, las hojas del brócoli, entre otras, nos beneficiamos de partes nutritivas de los alimentos por las cuales pagamos y no deberían terminar en la basura.
Conocer las especificaciones de compra, así como la mejor forma de conservar las frutas y verduras, también contribuirá a que no se echen a perder. La Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM) brinda información al respecto.
5) Planificá las comidas
Planificar es clave para economizar. Pensar de antemano qué vas a cocinar, ver qué es lo que ya hay y qué es lo que falta, te permitirá elaborar una lista de compras para evitar compras impulsivas u olvidos.
También es importante considerar la vida útil de frutas y verduras, es decir cuánto duran al conservarlas correctamente, y cuándo las vamos a consumir.
Si por ejemplo compraste lechuga que dura 3 días en la heladera, y zanahorias que duran una semana, lo lógico sería planificar comer la lechuga los primeros días posteriores a su compra, y la zanahoria puede quedar para más adelante.
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