¿En la naturaleza se generan residuos? ¿Qué pasa con las hojas cuando caen de los árboles? ¿Alguna vez te lo preguntaste?
La naturaleza funciona de manera armónica y cada cosa que se genera como parte de un proceso, es un insumo para otro. Cuando las hojas de los árboles caen, se forma una capa sobre el suelo que ayuda a mantener la humedad. Además, esas hojas, por acción de los organismos y microorganismos presentes en la tierra, se descomponen devolviendo nutrientes al suelo. Esto permite que el suelo se mantenga fértil y nuevas plantas y árboles puedan crecer.
La Economía Circular toma como ejemplo a la naturaleza y busca re-diseñar nuestros hábitos de consumo y producción con el objetivo de minimizar la generación de residuos. Busca además mantener productos y materiales en uso, y regenerar los sistemas naturales.
El modelo actual de producción y consumo ha llevado a una demanda constante de recursos naturales. La producción lineal requiere de un uso permanente de materiales que se extraen, comercializan y procesan, para ser convertidos en bienes de consumo, que finalmente se eliminan como residuos o emisiones. En una economía circular, los residuos son recursos en la medida en que se incorporan en nuevos procesos productivos, reemplazando materia prima virgen o transformándose en productos elaborados a partir de materiales reciclados.
Transitar hacia sistemas de producción y consumo más eficientes, gracias a ciclos continuos y regenerativos, permitirá reducir las presiones de la actividad humana en el ambiente.
¿Dónde está la Economía Circular en Uruguay?
Desde hace varios años Uruguay está con la hoja de ruta orientada hacia la transición a la Economía Circular. Algunos ejemplos son el cambio en la matriz energética hacia fuentes renovables, el estudio actual del Hidrógeno Verde (https://youtu.be/0YNXrfjbrbU) y el desarrollo de proyectos como Biovalor, que trabajó con el objetivo de valorizar residuos agroindustriales (https://biovalor.gub.uy/). Además, la Economía Circular es el eje del Plan Nacional de Residuos (PNR), que busca, como primer paso, minimizar la generación. Se promueve una circularidad que nos invita a concebir los residuos como recursos, identificando oportunidades para transformarlos, y valorizarlos. Ya existen ejemplos concretos que están funcionando, como el programa Campo Limpio, que recupera los envases de agroquímicos, el plástico se recicla y se realizan postes y piques que se usan para cercar los campos. También funcionan programas de gestión de neumáticos fuera de uso, cuyo destino principal es la valorización energética.
La circularidad nos invita a repensar nuestros hábitos de consumo y nos llama a la acción para ser parte del cambio cultural
¡Sumate!
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