El desperdicio de alimentos es un gran problema alrededor del mundo. La reducción de las pérdidas y desperdicios de alimentos (PDA) constituye actualmente una prioridad global. Así lo establecen los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS). En este sentido, la meta 12.3 del ODS 12 Producción y Consumo Responsable propone: “reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha”.
El desperdicio de alimentos se define como el descarte o uso alternativo (no alimentario) de materias primas comestibles que son seguras y nutritivas para el consumo humano. Producir alimentos que no se consumen implica el uso ineficiente de recursos como semillas, agua, energía, tierra agrícola, fertilizantes, horas de trabajo, entre otros. De hecho, se estima que las PDA consumen el 21% del agua dulce y que casi 30% de la tierra agrícola del mundo se utiliza para producir alimentos que nunca serán consumidos.
Se calcula que se desperdicia un tercio de los alimentos que se producen, y más de 800 millones de personas pasan hambre. Algunos estudios sugieren que en Europa el 42% del desperdicio de alimentos se genera en los hogares, 39 % en empresas de producción, 14 % en hoteles, restaurantes y caterings, y 5% en empresas de distribución.
En Uruguay, más de 250.000 personas no logran acceder a alimentos. Al mismo tiempo se desperdician 125 millones de kg de frutas y verduras al año. REDALCO es una organización que busca combatir esta problemática. Pasan por las empresas que se encuentran dentro de la UAM (Unidad Agroalimentaria Metropolitana) y van a chacras de productores, recuperando las frutas y verduras que serían desperdiciadas por su forma, tamaño, color o excesos de producción. Su equipo operativo junto a voluntarios, clasifican y encajonan las frutas y verduras recuperadas y se arman los pedidos diarios para los beneficiarios. Los alimentos son entregados a organizaciones que trabajan con población de contextos vulnerables. Ellos son Caif, club de niños, escuelas, liceos, centros juveniles, merenderos, comedores, refugios y ollas populares.
En junio de 2023 se realizó el lanzamiento de la Estrategia Nacional de Prevención y Reducción de las Pérdidas y Desperdicios de Alimentos. Esta Estrategia es el resultado de un proceso ampliamente participativo que contó con el aporte de más de cuarenta instituciones y con el liderazgo del Ministerio de Ambiente. Se trata de una herramienta de planificación para prevenir, reducir y mejorar la gestión de las pérdidas y desperdicios de alimentos en nuestro país durante los próximos 10 años.
Les dejamos una receta para aprovechar al máximo la calabaza y el zapallo: semillas tostadas. Hervir en agua por 10 minutos. Colar, dejar secar. Precalentar el horno a 190oC. Una vez secas hornear en asadera con una cucharada de aceite de oliva por 10-15 minutos. Dejar secar y enfriar. Guardar en bollón de vidrio.
Material consultado:
Aquí no se tira nada: La cocina de los desperdicios y el consumo transformador. Sylvana Cabrera-Guillermina Bauer. Planeta Gastro. 2021
Estrategia “Más alimento, menos desperdicio”. Programa para la reducción de las pérdidas y el desperdicio alimentario y la valorización de los alimentos desechados. Madrid, 2013
Bioq. Inés Tiscornia
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