La inclusión financiera o bancarización fue un conjunto de modificaciones normativas en Uruguay que, como mayor impacto, obligó a la gente a hacerse cliente de bancos para el cobro de sueldos y jubilaciones.
Una de las consecuencias anunciadas por parte de los promotores de ese proceso de bancarización era el abaratamiento del crédito a familias; en el 2017 titulares de diarios anunciaban que gracias a la bancarización la tasa de interés para los créditos había bajado del 140% al 40% anual. A junio de 2021 el tope de tasa es de 137% y sigue siendo una preocupación la aplicación de tasas cercanas o superiores al 100% anual.
Cuando se dio la discusión parlamentaria de la ley de inclusión financiera, las cooperativas reclamaron que se estaba distorsionando el mercado en favor de los bancos; varios años después observamos que unos pocos bancos y las financieras de las que son dueños, son los que fijan estas tasas a su favor.
Las cooperativas de ahorro y crédito son de las pocas entidades que siguen ofreciendo préstamos a precios razonables, con tasas muchas veces inferiores al 35% anual.
Finanzas responsables.
FUCAC mantiene políticas activas de precios responsables en sus productos. En 2020 los socios de FUCAC ahorraron 875 millones de pesos en intereses y cargos al operar con la cooperativa y no con financieras o bancos privados. Este ahorro se da en un menor gasto en cargos por los servicios financieros, y representa un valor igual a 617 mil días de trabajo de la población.
Este menor gasto está dado por la política de FUCAC de cobrar lo menos posible en sus productos. Se trata de ser eficientes -en 2020 FUCAC fue la entidad más eficiente entre las administradoras de crédito- y establecer metas de excedentes limitadas con la
finalidad de capitalizar y fondear la cooperativa.
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