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7 acciones para cuidar el medioambiente desde tu cocina

La comida es mucho más que el contenido de un plato, los alimentos son el último eslabón de una cadena de acciones con huella medioambiental y el uso de recursos limitados. Una alimentación saludable es aquella que cuida tanto nuestra salud, como la del planeta, y por lo tanto es sostenible.


¿Cómo podemos reducir el impacto ambiental de nuestra alimentación?



1) Eligiendo alimentos de estación y de producción local o cercana.

Estos alimentos no solo tienen la mejor calidad nutricional, sabor y precio, además generan menos emisiones de gases con efecto invernadero durante su transporte debido a que se realiza en distancias más cortas. También se beneficia la economía local y a los pequeños productores de granjas sostenibles.


2) Optando por productos de agricultura ecológica, o ganadería o pesca sostenible.

La producción de alimentos que contempla y busca el equilibrio con los ecosistemas naturales es la llamada agroecología. Con este tipo de producción se emiten mucho menos gases de efecto invernadero y aumenta la capacidad de absorción de carbono de los suelos y deposición de nitrógeno, es decir, se contribuye a tener un ambiente más saludable.


La ganadería sostenible es aquella que no recurre a químicos ni hormonas en el tratamiento de los animales, que se preocupa por el nivel de emisiones de gases con efecto invernadero y racionaliza el uso de los recursos naturales. La ganadería extensiva, es uno de los sistemas productivos más sostenibles, se basa en el pastoreo de ganado en superficies amplias. En Uruguay el 90% de la producción de carne es sobre pasturas naturales a cielo abierto, donde naturalmente hay ganado de pastoreo, lo que significa un menor consumo de energía y una menor huella de carbono que en otras partes del mundo. La pastura natural bien manejada, por ejemplo, con un pastoreo rotativo, permite mantener el ecosistema y secuestrar carbono.


La pesca sostenible respeta ecosistemas marinos, evita la sobrepesca para que su población se pueda reproducir de forma adecuada y queden recursos marinos para generaciones futuras. La pesca artesanal, por ejemplo, puede ser una actividad sustentable.



3) Consumiendo más productos de origen vegetal y menos de origen animal.

La producción de alimentos de origen vegetal requiere menor tierra, agua y energía, y genera menor emisión de gases con efecto invernadero. Seguir un patrón de alimentación más basado en plantas (tanto omnívoro como vegetariano), se considera una estrategia efectiva para disminuir el impacto ambiental de la alimentación.


4) Evitando alimentos ultraprocesados y de lugares lejanos.

Podemos evitar por completo fiambres y embutidos, que son productos animales ultraporcesados con el mayor impacto ambiental, o tomar agua en vez de bebidas azucaradas, por ejemplo.


Los alimentos ultraprocesados son aquellos con agregado industrial de azúcar, grasas, sal, aditivos, quedando poco o nada del alimento original, es decir, son de poco valor nutricional. Su cadena de producción más larga y por lo tanto más caros y con mayor huella ambiental. Esto es contrario a una alimentación sostenible, que debiera ser accesible y asegurar alimentos nutritivos para las personas.


5) Reduciendo al máximo el desperdicio de alimentos.

Planificar es clave. Realizar una lista de compras al detalle, saber bien qué necesito y qué no, a la vez de qué tengo el tiempo de cocinar y consumir y qué no.

También es importante la utilización total de los ingredientes, todas las partes comestibles de alimentos, y las que no se consuman y sean aptas, usarlas para compost. Reutilizar los sobrantes y tener al freezer de aliado por ejemplo para congelar lo que no se va a comer y hacerlo más tarde.


6) Ahorrando agua y energía.

Podemos elegir electrodomésticos con etiquetas de eficiencia energética (clase A) que hacen lo mismo que otros consumiendo menos energía. En la cocina esto aplica desde lamparita a heladera.


Otras formas de ahorrar energía a la hora de cocinar son: Iluminación natural, colores claros en cocina (para usar menos iluminación artificial), no abrir y cerrar el horno, usar la hornalla del tamaño adecuado a olla o sartén (que no sea más grande), evitar poner comida caliente en la heladera y abrir la heladera lo mínimo posible, preferir el uso del horno y hornallas antes que el microondas o la freidora sin aceite ya que la energía del horno es limpia y también genera calor en la casa, cocinar más cantidad al mismo tiempo (varias porciones a la vez), cocina al vapor o utilizar aguas de cocción (ej: caldos), consumir menos agua al lavar los platos, no tirar el aceite usado en la pileta porque contamina el agua.


7) Reciclando y usando menos plástico.

Podemos usar menos bolsas y envases de plástico, llevando nuestra propia bolsa reutilizable, comprando a granel en envases de papel o cartón o envases propios.

El film de plástico puede reemplazarse por telas con cera de abeja para conservar los alimentos.


Podemos cambiar los contenedores de plástico por los de vidrio ya que este material tiene menos impacto ambiental, evitar cubiertos, vasos y platos de plástico (desechables o no), reciclar y reutilizar los plásticos.


 

Necesitamos un cambio de mentalidad a la hora de comprar alimentos y cocinar. La sostenibilidad ambiental se puede conseguir con los gestos que hacemos cada día. Cualquiera de nuestras actividades tiene un impacto sobre el medio ambiente. Cuando nos trasladamos de un sitio a otro vamos incrementando nuestra huella de carbono, pero cuando nos alimentamos, también. ¡Tus acciones pueden hacer diferencia!


Lic. Nutrición Elizabeth Barcia

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